Mas sobre la pildora...

Mucho se ha escrito, y se seguirá escribiendo...

a continuación copio algo que me pareció interesante,






LOS DIPUTADOS DEL DÍA DESPUÉS

Cómo el sistema binomal está destruyendo a la derecha y embarrándonos el país.


Por Juán Andrés Guzmán


Hay algo capital que comparten la mayoría de los 36 parlamentarios de derecha que lograron que el Tribunal Constitucional votara en contra de la Píldora. No es la defensa de la vida desde que es un chorro de semen; no es el pertenecer a un conglomerado “histérico y vacilante”, como lo ha llamado Longueira. Lo que realmente comparten y los marca es que son parlamentarios de minoría. Salvo tres casos, estos 36 Diputados del Día Después (en adelante DDD) están ahí gracias al sistema binominal. Eso implica que tienen voz, voto y dineros fiscales no porque hayan conquistado la mayoría de los votantes de sus zonas sino porque el sistema -ideado en la dictadura para trabar cualquier cambio social importante- les garantiza presencia, salvo que la Concertación obtenga tanto apoyo que los duplique.



Así, gran parte de estos diputados solo tiene que responder al 20 por ciento que votó por ellos (ver lista inferior) Y simpre habrá un 20 por ciento facho y retrógrado al que acudir; entre 10 personas siempre habrá dos confesionales. A esos dos nadie quiere obligarlos a tomar la píldora ni denostarlos por sus opiniones. Lo que molesta a niveles crecientes, lo que genera bronca y manifestaciones, es que el sistema electoral y, en última instancia, la democracia, les permita a esos dos imponer su voluntad sobre los otros 8... y que eso sea defendido por la derecha y la Iglesia Católica como un acto de democracia.
Algunos de estos DDD son tan de minoría que da risa. El UDI Enrique Estay (IX Región), por ejemplo, obtuvo el 15 por ciento de los votos, poco más de 10 mil sufragios: es decir, lo apoya menos gente que la que asisitió a la Alameda el martes pasado. Cuando The Clinic le preguntó, junto a los otros 36 DDD, qué se creía para decidir qué anticonceptivo tenían que usar las mujeres, Estay, el hombre del 15 por ciento, contestó:
“Soy una persona facultada por la ciudadanía y la Constitución...”
Un poco más de votos que Estay (17 por ciento), obtuvo el RN Roberto Sepúlveda. Cuando le preguntamos lo mismo que a Estay, Sepúlveda dijo creerse “un simple parlamentario”. Sergio Bobadilla, UDI y congresista de apenas un 21 por ciento de apoyo, justificó su imposición diciendo: “estoy a favor de la vida. Y si uno está por la vida, no sólo hay que predicarlo sino que también hay que practicarlo”.
Varios temas de fondo, varios problemas estructurales de nuestra democracia, han emergido en este capítulo aún inconcluso de la Píldora Del Día Después. Uno de los que nadie ha tocado tiene que ver con el terrible daño que el sistema binominal le está haciendo a la derecha y a través de ella, a Chile.
El sistema binominal le garantiza, a nivel parlamentario, una subsistencia nada despreciable. Sus candidatos al Congreso no necesitan salir a la captura de las mayorías para asegurarse un lugar. Por ello no están obligados a modernizarse o a estar en la calle con las preocupaciones de la gente. Pueden hablar desde la sacristía o desde las oficinas de la gerencia general. Y pueden hacer la salvajada de acudir al Tribunal Constitucional no sólo para prohibir la pildora ¡sino para prohibir hasta la T de cobre! (Esa fue la peticipion de los 36 DDD; y ni el pío Mario Fernández en el TC se atrevió a aprobarla). Tan bien les ha ido sin tener vocación de mayoría que, en el Senado, gracias al binominal y las chapucerías concertacionistas, han conseguido lo que llaman “nueva mayoría”.
Lo autodestructivo de la falta de competencia que rige el pensamiento parlamentario queda en evidencia cuando se oye a los alcaldes de la UDI y de RN, que sí necesitan mayorías para ocupar sus puestos. Salvo excepciones talibanas, como la alcaldesa de Barnechea, ninguno se ha pronunciado abiertamente en contra de la entrega de la píldora. Han dicho que están esperando la decisión de la Contraloría. Actuarán obligados: obligados a entregarla o a prohibirla. Pocos tendrán el descaro de imponerle a la mayoría su voluntad. Es obvio: hay elecciones municipales a fin de año y la mayoría puede darles una patada en el traste.
Otros que tiene que conquistar mayorías son los candidatos presidenciales ¿Y qué ha dicho Sebastián Piñera sobre el tema? ¡Piñera está escondido! Pero a pesar de su silencio y de la cautela de los alcaldes, es muy probable que el gustito de los parlamentarios DDD de sentarse en la mayoría termine dañando fuertemente a los candidatos de derecha que las necesitan.
Ahora, si todo esto afectara solo a la derecha, no habría mayor problema. Nadie va a ir a meterse a un club de señoras que pasan la tarde con el rosario. Allá ellas. Lo complicado, sin emabrgo, es que su incapacidad para ser una amenaza electoral le permite a la Concertación seguir haciendo Cureptos, vendiendo frambuesas, cobrando millones por informes que se copiaron de internet y otras chapucerías, descaros, pendejerías y vergüenzas que le están haciendo mucho daño a Chile.
¿Por qué la Concertación debería ponerse a trabajar en serio si la derecha es tan torpe, fanática, minoritaria, que se está matando sola?
Gracias a la derecha, mucha gente va a ir a votar de nuevo por la Concertación, aunque sea tapándose la nariz.

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